Un gobierno de fachada

 

Los comerciantes del mercado municipal han sufrido algunas de las “fakes news” del consistorio

 

José Antonio Redorat, Presidente PP Benicarló.

 

El último anuncio del equipo de gobierno del PSPV-PSOE de Benicarló presume de su nuevo logro: han mandado repintar la fachada de la casa consistorial y barnizar la puerta. Felicitamos a los operarios que llevaron a cabo esta tarea en plena canícula de agosto, ya que en las redes sociales del ilustrísimo no se les menciona. Quizá se piense, desde el despacho de alcaldía, que con este lavado de cara los ciudadanos no se van a dar cuenta de que el problema del ayuntamiento está en el interior del edificio.

 

Que no funciona este equipo de gobierno, lo venimos denunciando desde el primer día, ya mucho antes de la pandemia y de la guerra en Ucrania, las excusas de moda puestas por la propaganda socialista para las evidentes carencias que sufre el país.

 

El precio de la energía, del combustible, de los alimentos, de todo tipo de bienes de primera necesidad, hacen la vida de las familias cada vez más difícil.

 

Porque el PSOE ha convertido en un lujo la supervivencia. Y ante esta situación, la respuesta del gobierno socialista en todas las instituciones es insultantemente cínica: la culpa, del ciudadano.

 

Mientras en los hogares y las empresas todo se vuelve más difícil, desde el consistorio se plantean proyectos para simple lucimiento político, la mayoría de los cuales no pasan de una costosa campaña propagandística que nunca llega a materializarse.

 

Algunos de los ejemplos más vergonzantes de estos anuncios, que en sí acaban siendo “fake news”, los han sufrido los comerciantes del mercado municipal: ¿dónde está la renovación del entorno tantas veces prometida?¿Y la cuantiosa inversión que iba a hacerse en el aire acondicionado?¿Y el aparcamiento, que tantos años lleva de retraso?

 

Y este es solo un ejemplo que se extiende a todas las áreas de la sociedad benicarlanda en las que el Ayuntamiento tiene capacidad de gestión: quienes eran usuarios de la ahora cerrada piscina municipal lo saben bien. Como también los empleados del Centro Residencia San Bartolomé, que señalan con contundencia los problemas. Entretanto, fotos en prensa y entrevistas en la radio, así parece que se haga algo.

 

Los despropósitos no acaban en el plano urbanístico, área cuya gestión es indefendible, toda vez que este equipo de gobierno ha sido incapaz de aprobar un nuevo PGOU. Es pero cuando, de forma excepcional, alguno de los proyectos publicitados se ha materializado: solo hace falta ver la entrada a Benicarló desde la estación de trenes o el infame bulevar, cuyas lentísimas obras aumentan la peligrosidad del tramo de la N340.

 

Un castigo al que se suma una interminable lista de despropósitos protagonizados por el equipo del PSPV-PSOE, que ahora sigue empeñado en peatonalizar la calle San Francisco y el paseo Ferreres Bretó, mostrando como único aval de la participación ciudadana la mayoría absoluta que les fue concedida en las anteriores elecciones. Más de un benicarlando sabe ahora, ante la desoladora realidad, que no tenía motivos para confiar en el programa socialista.

 

A pesar de todo, Benicarló prosperará gracias al tesón de sus habitantes. El mérito será de las familias, de las empresas, de los autónomos, de los comercios... Todos ellos se merecen un Ayuntamiento que esté de su parte, gestionando eficazmente los recursos que con tanto esfuerzo aportamos. Benicarló necesita realidades útiles y tangibles, no tanta foto y maquillaje propagandístico. Pintar la fachada de poco nos sirve.