Las “fotoprisas”: Sant Gregori, Calle Valencia, “Museu dels Mariners” y otros actos de campaña

 

El ejercicio de un cargo público presenta siempre diversos retos, poniendo a prueba la capacidad de trabajo del político, cuyo desempeño no siempre encuentra el reconocimiento de sus conciudadanos. Pero ni la capacidad de trabajo ni el reconocimiento se pueden impostar. Malo es cuando, quizá por vanidad o quizá por no saber separar los logros extraordinarios de aquellas acciones que son propias y habituales de un ayuntamiento, se quiere vender un trabajo inacabado en busca de un reconocimiento prematuro. Para no caer en esta tentación es muy importante saber elegir el mejor momento para informar al ciudadano de aquello que se van realizando y que no prime en dicha elección el afán de protagonismo o la oportunidad propagandística. En Benicarló estamos viviendo la Edad de Oro de esa necesidad tan inoportuna de correr para hacerse la foto, que ha comenzado a bautizarse como “fotoprisa”, y que está caracterizando el estilo de gobierno de Xaro Miralles y de sus concejales. Siguiendo la tónica de esta estéril legislatura que ha convertido al Ayuntamiento de Benicarló en un ente virtual que solamente existe en las redes sociales, estos últimos días hemos presenciado varios ejemplos de esas “fotoprisas”, ejemplos que a continuación vamos a exponer.

 

La semana pasada, el Ayuntamiento convocó a la prensa frente a la ermita de San Gregorio. Dos concejales del equipo de gobierno habían subido a retratarse junto a las obras que se realizaban en una isleta... pero quizá no era el mejor momento: mientras las voces de los concejales explicando tan magna obra se veían ahogadas por el estruendo del martillo neumático, los periodistas, ya curados de espanto, hacían apuestas para ver si los tractores que se aproximaban pasarían o no pasarían por el estrecho hueco que había quedado hábil para el tráfico. La extraña forma de la glorieta fue bautizada rápidamente como la rotonda del “chuletón”, pero dicho nombre duraría poco. A las pocas horas de tan urgente rueda de prensa, el martillo neumático volvía a levantar la obra recién terminada para rectificar lo que se había hecho. ¿Y las prisas? Esta vez las prisas respondían a la proximidad de la fiesta de San Gregorio. Desde luego, si lo que se pretendía era que el pueblo hablara de la rotonda, el objetivo se habrá conseguido, pues el parche es perfectamente visible y servirá de recuerdo de aquella efímera pero famosa “rotonda del chuletón”, chuletón que ahora, después de picada su carne, se parece más a la vulgar hamburguesa, la “Mcfotoprisa”.

 

Otra “fotoprisa” de la semana ha venido motivada por la prometida urbanización de un tramo de la Calle Valencia. Las obras necesarias en dicho tramo estaban pendientes, por prudencia, de una resolución judicial. Tras la resolución favorable en el mes de julio, el pleno del Ayuntamiento celebrado en abril votó unánime para que comenzara el proceso que ha de culminar en tan necesaria y deseada intervención. Pero la “fotoprisa” no podía esperar ni siquiera un día a que el pleno votara y, por lo tanto, se convocó una rueda de prensa antes de dicho pleno para anunciar a bombo y platillo que el proyecto más ansiado por la alcaldesa iba a llevarse a cabo, por fin, en un término de varios meses. ¿No hubiera sido mucho más conveniente esperar a que fuera aprobado por el pleno? ¿Era necesario convocar a toda la prensa para anunciarlo unas horas antes? Creemos que no y que, además, estas “fotoprisas” a destiempo llevan a la confusión de los vecinos. No son pocos quienes nos han preguntado si lo que se urbaniza es el total de la Avenida Valencia y si las obras empezarán en breve. Y toda esta desinformación para que el mérito se lo adjudique la protagonista de la “fotoprisa”, cuya nota de prensa incluía una única fotografía... ¿de la calle Valencia? No, de la propia alcaldesa.

 

Entre los anuncios revelados en “fotoprisa”, en este último pleno hemos preguntado por la inauguración del “Museu dels Mariners” en el edificio del antiguo faro, que estaba prometida para antes de las vacaciones de Semana Santa, aunque, de hecho, lleva mucho tiempo anunciándose su apertura inminente. Pero resulta que al “Museu dels Mariners” le está pasando como al juego de la oca, que va de puente en puente y se lo está llevando la corriente, quizá hasta algún lugar donde alguien sea capaz de sacarlo adelante... algún día. Lo preguntamos en el pleno y no se nos contestó: habrá que esperar un mes para desvelar la incógnita, lo mismo que para conocer la respuesta acerca del futuro de nuestra Escuela Oficial de Idiomas, pregunta que tampoco se contestó. Creemos, sinceramente, que el equipo de gobierno no sabía a qué nos referíamos cuando le preguntamos por las “mediatecas”. Eso sí, mientras tanto y para mantener al pueblo distraído, nos enseñan otra imagen de ensueño: un bonito dibujo de la nueva biblioteca de la que, pasados tres años, lo único que tenemos es el proyecto, nada más. Gestionar es algo más que enseñar fotografías, proyectos sobre plano, dibujos... y comentar estados de facebook.

 

Las ansias por aparecer en toda fotografía posible le han jugado últimamente a la alcaldesa una mala pasada. No parecía muy convencida cuando se presentó en solitario a acompañar a Josep Barberá, su socio de ERPV, en un pretendido homenaje a las víctimas de los bombardeos del 3 de abril de 1938. Porque lo que se encontró allí fue un acto de partido convocado sin contar con ningún otro grupo político y cuyo poco rigor histórico denuncia la falta de cariño que hubo en su preparación. Como muestra, un simple dato: según la primera nota de prensa que se envió desde el Ayuntamiento, pocos días antes, los fallecidos en este deplorable ataque aéreo fueron 14. El día del homenaje y en la consecuente nota de prensa también emitida por el Ayuntamiento, el número de fallecidos era 15. Según la información que se exhibe en la página web del Ayuntamiento, y que probablemente bebe de los partes de guerra, los fallecidos fueron 17 y 30 heridos. Según el interesante trabajo publicado recientemente en el semanario 7dies y firmado por Joan Ferré, el Juez de Paz, que habrá comprobado eficientemente el Registro Civil, se cuentan ese día 16 fallecidos. Josep Barberá, con estudios en Historia Moderna y Contemporánea, según reza su currículo, equivocó la cifra de los fallecidos cuya memoria, con nombre y apellidos, pretendía homenajear. Debieron ser las “fotoprisas” debidas a que esos días se había invitado a Joan Tardá, Diputado en el Congreso por ERC, a realizar un acto en nuestra ciudad y Barberà no tenía nada que enseñarle para reivindicarse como ejemplar defensor de la memoria histórica. Como prueba de la improvisación del mencionado homenaje queda además la nula asistencia de público al mismo, que no solo fue vergonzosa para los convocantes, Xaro Miralles y Josep Barberá, sino para la actriz que hubo de representar su parte de la obra teatral ante un público inexistente. Afortunadamente, los benicarlandos ven más allá de tanta parafernalia vacía de contenido. Los homenajes deben hacerse con mayor dignidad, no son propaganda al servicio de una carrera política. Pero a la vista del último pleno, es posible que el PSPV haya aprendido la lección: Otro de los puntos estelares del pleno fue la moción de ERPV que pedía, en resumen, poner el nombre de una calle o espacio público a Guillem Agulló, un joven que murió asesinado por un grupo de extrema derecha en un episodio de violencia inhumana y lamentable que ya ha sido condenado por unanimidad por todos los partidos en instancias superiores. Preguntamos el motivo de la urgencia y no nos convenció la respuesta. Ni siquiera el PSOE-PSPV pudo dar apoyo a dicha moción en los términos en que estaba redactada. Era otro acto más de partido preparado por el concejal Josep Barberá, quizá la escenificación pactada de un progresivo distanciamiento entre los grupos que conforman el equipo de gobierno con vistas a presentarse a las elecciones con una identidad más definida para volver a juntar sus votos posteriormente, si se tercia. Como vemos, es evidente que, además de las “fotoprisas”, sufrimos también el mal de las “fotos de carnet”.

 

A pesar de tanto despropósito, los benicarlandos son capaces, con trabajo y talento, de lograr que nuestra ciudad siga cosechando éxitos. Queremos, por tanto, felicitar a la Banda de Música “Ciudad de Benicarló” por su reciente éxito en el Certamen Provincial, uno más que sumar a su admirable trayectoria. A propósito, cabe recordar a nuestra alcaldesa que, ya que se ha dado prisa en hacerse la foto con el premio, como no podría ser de otra manera, sea también diligente a la hora de pagar a la Asociación Musical Ciudad de Benicarló. Como ya expusimos en el pleno al concejal de Hacienda, más de un año para cobrar una factura es mucho tiempo y 20.000 euros es mucho dinero, ninguna entidad ni particular tendría que soportar tanto retraso.